RUBEN RÍOS, UN LUCITEÑO INCANSABLE
2012, fallece en el Hospital Central de Maracaibo, a los 65 años de edad, Rubén Darío José Ríos, un incansable promotor del mundo del espectáculo y de la Gaita Zuliana, a los cuales dedicó cuarenta y cinco años de su productiva vida.
Había nacido en su propia casa, ubicada en la parroquia Santa Lucía de Maracaibo, exactamente en la calle 86A, el 27 de abril de 1946.
Rubén Ríos fue el fundador de la agrupación El Tren Gaitero, conjunto que desde finales de los años 90's, le dio muchas satisfacciones, como también un ramillete de éxitos todos cercanos a la perfección, dando a conocer nuevos talentos de nuestra gaita como: Lilibeth Chirinos, Eroy Chacín, Wilfredo Delgado, Marcos Díaz, José Acosta, entre otros. Después de su muerte, quedó a cargo de la agrupación su sobrino Gerardo Pérez Ríos y José Acosta, "Ñoño".
Fue además, el creador de la Fundación Gran Águila de Venezuela, organización que se encargaba de galardonar a gaiteros, locutores, periodistas, artistas regionales, nacionales e internacionales, demostrando una gran capacidad en la organización de eventos con perfil internacional.
Junto a José Acosta, "Ñoño", produjo el programa radial La Estación del Tren; y en 2009, recibe el Premio Mara de Platino por sus logros en la Gaita y el Espectáculo.
Rubén Ríos también incursionó en la política, en defensa de su querida y amada parroquia Santa Lucía, además, perteneció a la Secretaria de Cultura del Estado Zulia y a la Fundación Para la Gaita Ricardo Aguirre del Estado Zulia, Fundagraez, en este último, como organizador de Eventos y Autogestión. Nadie mejor que él organizaba los grandes espectáculos de farándula en toda la Región Zuliana.
Este gran cultor luciteño fue despedido con el dolor de los feligreses de Santa Lucía, su patrona, como también con el ritmo de los chimbangueles de San Benito, su santo negro.
Su última voluntad fue que esparcieran sus cenizas en el Lago de Maracaibo, y el 18 de noviembre de 2012, su familia así lo hizo.
Sus familiares y amigos más cercanos lo recuerdan con inmenso cariño.
Por: Agustín Arteaga