PERIJÁ, TIERRAS PARA EL LINO Y EL CÁÑAMO

El 17 de junio de 1796, por Real Cédula del rey de España, Carlos IV, dirigida al Gobernador de la provincia de Maracaibo, se conceden este día las tierras realengas a los que quisieran cultivar lino y cáñamo en esta provincia, esto impulsado por el gran precio que tenían estos productos de mucha utilidad en Europa.
La actual subregión Perijá fue la más visitada por sus fértiles tierras ubicadas en las faldas orientales de nuestra "Sierra Azul", decretado Parque Nacional el 12 de diciembre de 1978, accidente geográfico que divide a Venezuela de la República de Colombia.
La mayoría de los interesados se asentaron en La Villa de Perijá, el primer pueblo fundado por españoles en dicho territorio el 9 de mayo de 1722, con el liderazgo de Juan de Chourio, un europeo progresista que no buscaba El Dorado, sino la explotación de las ricas tierras del actual estado Zulia, hoy mutiladas por los despojos en el Sur del Lago y en la Alta Guajira.
El "Lino" es una fibra natural muy utilizada en la industria quirúrgica y en la confección de prendas de vestir, como también la fibra de "Cáñamo", que además de ser usada en la fabricación de cuerdas, igualmente se emplea en la elaboración de papel y ropa, planta que se cultiva con un crecimiento muy rápido, con bajo consumo de agua y resistente a las plagas.
La subregión Perijá es el oro verde que de repente la Nación no ha sabido aprovechar en lo que se llamó "la siembra del petróleo", frase original de Ramiro Nava, un emprendedor zuliano considerado en Caracas como un visionario y autor de la famosa frase: "sembrar el petróleo", plasmada en su libro "El Bloque de Oro" o Plan de Financiamiento por el bien de Venezuela en 1936.
Ciertamente, no supimos aprovechar al máximo esa franja bendecida con ricas tierras y aguas dulces que se manifiestan como ríos y quebradas que bañan aquel proyecto agrícola que se denominó la Planicie de Maracaibo, que según los expertos pudo haber surtido la despensa de toda Latinoamérica.
Por: Agustín Arteaga
