EL LEGENDARIO FURRERO DOUGLAS SOTO

Los verdaderos enamorados de la música de su tierra siembran siempre para cosechar. Apartar sus obligaciones familiares y profesionales para curtirse el corazón con el cuero del furro, reciben del tiempo el gran premio de nunca ser olvidados.
Este es el caso del músico gaitero Douglas Soto, que partió a una parranda celestial el 5 de julio de 2004, ese que recorrió todo el país para proyectar su amada gaita y reclutar a las nuevas promesas, ya que su olfato percibía la geminación de las nuevas semillas del folclor zuliano. Hoy, recordamos con afecto a la gran figura gaitera que también supo valorar a los profesionales de la radio que se dedicaron a producir programas exclusivamente para exaltar su querida gaita.
CONOZCAMOS A ESTE IMPORTANTE INSTRUMENTISTA DE NUESTRA GAITA ZULIANA
La instrumentación gaitera siempre ha tenido grandes protagonistas a través de la historia musical del Zulia, sobre todo en el siglo pasado, cuando emergieron de las coloridas calles de El Saladillo y El Empedrao, los populares furreros, figuras emblemáticas que hacían vibrar los enlosaos marabinos.
Estos fueron hombres que se convirtieron en instituciones, gracias a la complicidad del cuero, la madera y la verada. Algunos de ellos han quedado sembrados en la memoria de nuestro pueblo gaitero: Virgilio Carruyo, Aniceto Rondón, Jesús Lozano, Moisés Bracho, Ciro "Coyeyo" Villalobos, "El Gran Mahón" (tío abuelo de Rafael Rincón González, entre otras glorias del mandullo).
La magia percutiva de nuestra gaita de furro es única en el mundo, género musical donde convergen sonidos intensos, que unidos hacen vibrar las fibras de los nacidos en la tierra del Catatumbo. Uno de los máximos exponentes del furro, furruco, zambomba o madullo en la era comercial de nuestra gaita, sin lugar a dudas, fue Douglas Alberto Soto González, el gran embajador de este instrumento de percusión que identifica a todo un pueblo en la geografía terráquea.
Douglas Soto, un enamorado eterno de la gaita, un veritero audaz, un contador público que sí supo sumar a favor de su reina gaitera, recibió la bienvenida a la luz en la Tierra del sol amada, el 16 de enero de 1943, para estampar su huella grave con la verada incansable de sus mejores días, para convertirse, temporada tras temporada, en "El Scout de la Gaita", porque su segunda misión en la vida fue la de cazatalentos para su adorada gaita de furro.
En la próxima edición, hablaremos de sus comienzos en la gaita zuliana, como retribución a tantos aportes a nuestro canto más alegre y altivo.
Por: Agustín Arteaga
