CÁSTOR SILVA, SACERDOTE Y PERIODISTA




Este líder de la Iglesia Católica zuliana del siglo XIX, nació en la "noble y muy leal" ciudad de Maracaibo, el 29 de marzo de 1820. Su padre, el destacado educador y periodista José Isidro Silva, influye de manera determinante en su formación académica y religiosa, y lo inscribe en el Seminario Tridentino, para recibirse más adelante, como Bachiller en Filosofía.

En 1858 recibe el título de la Universidad Central de Venezuela como Doctor en Derecho Canónico, e intensifica sus estudios en la Sagrada Jurisprudencia. Dado el buen rendimiento en sus obligaciones académicas, es contratado como docente en el mismo Seminario y en el recordado Colegio Nacional de Maracaibo.

La Universidad del Zulia se inició con cuatro facultades científicas: Ciencias Políticas, presidida por Alfredo Rincón; Ciencias Eclesiásticas, presidida por monseñor Cástor Silva; Ciencias Filosóficas, presidida por Calendario Oquendo; y Ciencias Médicas, presidida por Rafael López Baralt.

Al igual que su progenitor, decide inmiscuirse en la prensa escrita, a sabiendas de la gran influencia de este medio de comunicación para la época. En la Iglesia local ocupó cargos importantes como deán de la Catedral de Maracaibo y vicario de la Diócesis de la misma ciudad.

El padre Castor Silva es designado en 1966 como presidente de la Casa de la Beneficencia, un proyecto original del respetado periodista zuliano Pedro José Hernández, hecho realidad por el doctor Antonio José Urquinaona en 1860, específicamente en la Casa Municipal, popularmente conocida como La Garita, institución que hoy conocemos como Hospital Central.

El papa León XIII lo distinguió con el título de Prelado Doméstico de Su Santidad, y su cadáver fue sepultado al pie del altar de Nuestra Señora del Carmen en la iglesia Catedral de Maracaibo.


Por: Agustín Arteaga

APOSTADORES MARACUCHOS


Dos apostadores enfermizos están mirando a la vieja del frente que tiene las piernas abiertas y dicen: - La pantaleta de la señora es negra; el otro apostador brinca y dice: - NO! es marrón... Mandan a un carajito a verificar de qué color es la pantaleta y al regresar les dice: - Se pelaron los dos, ni es negra ni es marrón… son moscas.