Septiembre 24, 2015
Por iniciativa del capitán Juan de las Nieves Andrade, se constituye el 7 de julio de 1686 en Maracaibo, una modesta ermita dedicada a San Juan de Dios. Sus paredes eran de barro, su techo de palma y enea, y su piso de barro pisado; también contaba con su capellán para poder oficiar la Misa en honor al Santo.
Más adelante, en 1709, a una señora lavandera se le aparece la imagen de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá en una tablita que había encontrado a orillas del Lago de Maracaibo, y esta renovación prodigiosa estimuló la devoción, razón por la cual las autoridades decidieron el traslado de la sagrada imagen a la Iglesia Matriz (Catedral de Maracaibo), en medio de una procesión desde la calle El Milagro, donde vivía la señora, pero al llegar a la calle Derecha la imagen se hizo pesada y no pudieron moverla sino hacia la ermita de San Juan de Dios, construyendo junto a ella una capillita para venerar a la Virgen con el apoyo del gobernador Francisco Antonio de la Rocha Ferrer, quien además dotó a la tablita de un marco de plata y una lámpara del mismo metal.
Tiempo después, exactamente en 1724, inician los trabajos para construir una iglesia de mayor capacidad, de bahareque y techos de teja, rodeada de una plaza, consagrándose la misma en 1732.
A la llegada del gobernador Guillermo Tomás de Roo, se derribó la capillita y se fabricó una capilla mayor colocando de mayordomo a José Gutiérrez Vergara, pero más tarde, otro gobernador, Pedro González de Acuña, derribó el cañón que había fabricado el mayordomo y ordenó construir una elegante torre, que fue visitada por el obispo Mariano Martí, quien la describió ampliamente en su Inventario Pastoral, y el 7 de julio de 1806, se crea la parroquia de San Juan de Dios, que se instaló definitivamente el 30 de enero de 1808, siendo su primer párroco Antonio María Romana.
A través de los años se fueron haciendo cambios a la capilla hasta llegar a lo que hoy conocemos como la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, ubicada en pleno Centro de Maracaibo y para el beneplácito de los feligreses.