Diciembre 02, 2023
Bibiana o Viviana, nombre de origen latín que significa: aquella que vive.
Esta Santa nació en una familia romana y cristiana durante el gobierno del emperador Juliano el Apóstata. Fue martirizada por ser fiel a su fe cristiana, y después de su muerte, se construyó una iglesia en su honor, en el mismo lugar donde estaba ubicada la casa de sus padres. Santa Bibiana es una de las últimas víctimas de la persecución anticristiana de Julián el Apóstata (361-363).
En una "Passio Sanctae Bibianae", anterior al siglo VII, se lee que el gobernador Aproniano, después de haber hecho asesinar a Fausto y a Dafrosa, seguro de poderse adueñar de su patrimonio, trató de obligar a la apostasía a las jóvenes hijas de los mártires. Encerradas en la cárcel, Demetria murió antes de la terrible prueba. Bibiana, impávida y resuelta, enfrentó al Gobernador, que para debilitar su resistencia la confió inútilmente a una alcahueta. Entonces, ordenó que Bibiana fuera atada a una columna y flagelada. Llena de llagas por todo el cuerpo, finalmente, la joven mártir entregó su alma a Dios. Echaron su cuerpo a los perros, pero unos cristianos lo rescataron y le dieron cristiana sepultura junto a la tumba de sus padres y de la hermana, cerca de su casa, en donde pronto construyeron una capilla, y más tarde, la actual basílica sobre el Monte Esquilino.
De esto da cuenta el biógrafo del papa Simplicio (468-83), atribuyendo a este pontífice la construcción de la basílica en honor de la bienaventurada mártir Bibiana: "Juxta Licinianum ubi corpus eius requiescit".
Santa Bibiana es la patrona de los bebedores y los epilépticos.