UN PINGÜINO EN MARACAIBO

El Zuliano Rajao



El 29 de agosto de 1955, una noticia entristece a la población infantil del Zulia, al enterarse de la muerte de un pingüino que desde tierras heladas decidió navegar en las aguas de nuestro lago, convirtiéndose en la mascota de todos los zulianos de entonces.

Fue rescatado y atendido por el bachiller Agustín Pérez Piñango y albergado en el Museo de Ciencias Naturales, situado en el sector Haticos por Abajo, donde se le proporcionó una alimentación con un alto contenido de calorías y se adaptó bien al clima tropical cálido de Maracaibo.

Este acontecimiento fue algo tan poco común, que motivó a varios ornitólogos y veterinarios de Estados Unidos y Europa, acudieran a observar el fenómeno de aclimatación del animal; hasta el famoso columnista Ripley, del programa Aunque usted no lo crea, se trasladó hasta la capital zuliana para realizar un reportaje sobre esa curiosidad animal.

El pingüino murió a causa de una pedrada que le dio un niño, y lo hizo caer inconsciente en la pileta de agua donde se ahogó. Esto lo confirmó el popular médico zuliano Adolfo Pons al practicarle la autopsia. Fue tanta su popularidad que la esquina de las calles El Tránsito y San Fernando de El Saladillo, se conoce como El Pingüino, además, una fábrica de helados llevó ese nombre, y el novelista venezolano Salvador Garmendia escribió un cuento infantil titulado Un pingüino en Maracaibo.


Por: Agustín Arteaga

APOSTADORES MARACUCHOS


Dos apostadores enfermizos están mirando a la vieja del frente que tiene las piernas abiertas y dicen: - La pantaleta de la señora es negra; el otro apostador brinca y dice: - NO! es marrón... Mandan a un carajito a verificar de qué color es la pantaleta y al regresar les dice: - Se pelaron los dos, ni es negra ni es marrón… son moscas.