''RAMONCITO'' ARIAS, EL PRIMER GRAN ÍDOLO




Maracaibo fue el cuadrilátero y testigo de los últimos segundos del combate final del primer boxeador profesional que despertó pasiones en Venezuela. Se corre la triste noticia de la partida del cabimense Ramón Arias, el ídolo "Ramoncito" Arias, un pequeño zuliano con un inmenso valor para enfrentar a los mejores del mundo de su época.

El 18 de junio de 2007, se siembra otra leyenda boxística en las páginas del deporte de los puños, donde este zuliano despertó el nacionalismo de todo un pueblo que apenas salía de una tiranía.

BIOGRAFIA

El Zulia ha sido cantera de grandes boxeadores.

Hoy, recordamos al cabimense Ramón Segundo Arias Colina, conocido en el mundo del deporte como "Ramoncito" Arias, quien naciera el 17 de febrero de 1936, en Cabimas, Costa Oriental del Lago de Maracaibo, Zulia, específicamente en un campo petrolero de la Creole Petroleum Corporation ubicado en La Salina.

Este ídolo absoluto de toda Venezuela, fue el primero en disputar un título mundial de boxeo en nuestro país, ante el púgil argentino Pascual Pérez, encuentro escenificado el 19 de abril de 1958, específicamente en el Nuevo Circo de Caracas. El empresario boxístico "Rafito" Cedeño, también zuliano, concertó la famosa pelea donde Arias perdió por decisión.

Posteriormente, el 19 de agosto de 1961, tuvo otra oportunidad titular, en esa ocasión por el peso gallo, que estaba en poder del brasileño Eder Jofre, quien ganó el combate por nocaut en el séptimo asalto.

Su última pelea la realizó el 17 de noviembre de 1963, perdiendo por decisión con el nicaragüense Eduardo Mojica, en combate realizado en Managua, Nicaragua.

Su récord muestra cincuenta peleas profesionales, de las cuales ganó 33, de ellas cinco por nocaut, perdió 16 y empató una. Casi todas sus derrotas ocurrieron en el final de su carrera.


Por: Agustín Arteaga


APOSTADORES MARACUCHOS


Dos apostadores enfermizos están mirando a la vieja del frente que tiene las piernas abiertas y dicen: - La pantaleta de la señora es negra; el otro apostador brinca y dice: - NO! es marrón... Mandan a un carajito a verificar de qué color es la pantaleta y al regresar les dice: - Se pelaron los dos, ni es negra ni es marrón… son moscas.