PALACIO DE GOBIERNO DEL ZULIA

El Zuliano Rajao



1868, el mismo día de su cumpleaños, el gobernador Jorge Sutherland, inaugura el Palacio de Gobierno del Zulia. La construcción de esta edificación se inició a principios de 1841, cuyo plano fue levantado por el teniente de ingenieros Olegario Meneses, siendo gobernador del Zulia, el general José Escolástico Andrade. La parte inaugurada fue la del frente del Palacio y la puerta fue abierta con una llave de oro. A este importante acontecimiento se le dedicaron tres días de festividades.

Tiempo después se continuó la construcción del segundo cuerpo, que concluyó el general Manuel Ayala en 1890. Años más tarde, exactamente en 1927, y durante la administración del general Vicencio Pérez Soto, se realizó la remodelación más importante del edificio, modificándose el frente, colocando los grandes cóndores de bronce (en realidad eran de yeso) en actitud de levantar vuelo en los extremos del barandal del tejado.

Durante mucho tiempo se conoció con el nombre del Palacio de las Águilas, hasta descubrirse que esas figuras representan a unos cóndores.

Ese mismo año también fue reconstruido y decorado el jardín interior del Palacio, denominado Patio de los Leones, donde una fuente situada en el centro estaba compuesta de dos leones de cuyas bocas salía un chorro de agua; se reemplazó la vetusta escalera de madera y mampostería por una robusta y airosa escalera de granito, que ponía en comunicación la planta baja y el segundo piso. En la cornisa superior se estamparon en alto relieve el lema político "Viva Gómez y adelante", junto con la fecha, 19 de diciembre de 1927, día de la inauguración de la restauración del histórico edifico.

El 12 de marzo de 1981, se sustituyeron los cóndores, que siempre se había creído de bronce y en realidad eran de yeso, por unos de fibra de vidrio.

El 7 de febrero de 1986, la Junta Nacional Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación, lo declaró Monumento Histórico Nacional por su estilo neoclásico.

APOSTADORES MARACUCHOS


Dos apostadores enfermizos están mirando a la vieja del frente que tiene las piernas abiertas y dicen: - La pantaleta de la señora es negra; el otro apostador brinca y dice: - NO! es marrón... Mandan a un carajito a verificar de qué color es la pantaleta y al regresar les dice: - Se pelaron los dos, ni es negra ni es marrón… son moscas.