MIGUEL ÁNGEL JUSAYÚ, PREMIO NACIONAL




El lunes, 8 de junio de 2009, en el más profundo de los silencios, parte al infinito mundo de la espiritualidad wayuu, el alma de un zuliano de la casta Jusayú, que siendo invidente, gana el Premio Nacional de Literatura en 2006.

Presentamos la vida del máximo exponente de la lengua o idioma wayuu en Venezuela:

El 20 de agosto de 1933, nace en la Alta Guajira, Wuinpumuin, Castilletes, Zulia, el intelectual, educador, filólogo, gramático, recopilador y narrador invidente Miguel Ángel Jusayú, quien a los 12 años de edad queda ciego, para más luego ingresar a un internado de los Padres Capuchinos y estudiar la primaria en el Instituto Venezolano de Ciegos de Caracas. Fue maestro en La Guajira, y a partir de 1971, entra en contacto con el Centro de Lenguas Indígenas de la Universidad Católica Andrés Bello, donde le prestaron orientación técnica y asistencia para la edición de sus obras. Fue autor de: Diccionario sistemático de la lengua guajira: guajiro-castellano; Morfología de la lengua guajira, Ni era vaca ni era caballo, editado en castellano, sueco, danés, noruego, entre otras.

Estuvo contratado por Corpozulia como asesor-investigador, en la Universidad del Zulia fue designado como profesor honorario, donde en 1998 le otorgaron la Orden Honoris Causa. Ese mismo año la Gobernación del Zulia, a través de la Secretaría de Cultura, le concedió el Premio Regional de Literatura Jesús Enrique Lossada, mención Narrativa, esto como ejemplo de bilingüismo e interculturalidad, con la cual logró verter con su sabiduría la riqueza imaginativa y milenaria de su etnia, representada por sus mitos, leyendas y cuentos.

En una oportunidad el profesor Ángel Lombardi expresó que Miguel Ángel Jusayú era el mítico cronista ciego que había ayudado a preservar y retribuir al pueblo guajiro su identidad y su historia de siglos.

Este gran maestro zuliano cambió de paisaje en la madrugada del lunes 8 de junio de 2009, a consecuencia de un paro cardíaco.


Por: Agustín Arteaga


APOSTADORES MARACUCHOS


Dos apostadores enfermizos están mirando a la vieja del frente que tiene las piernas abiertas y dicen: - La pantaleta de la señora es negra; el otro apostador brinca y dice: - NO! es marrón... Mandan a un carajito a verificar de qué color es la pantaleta y al regresar les dice: - Se pelaron los dos, ni es negra ni es marrón… son moscas.