MARIANO PARRA LEÓN, OBISPO ZULIANO




Un trágico accidente automovilístico ocurrido el 26 de enero de 1989, conmovió las fibras de la zulianidad, al conocerse la lamentable noticia de la muerte de monseñor Mariano Parra León, líder católico zuliano que evangelizó en gran parte del territorio nacional.

Este luchador social que usó la Biblia y el periódico como armas solidarias para amparar a los más desposeídos, ocupó importantes cargos que convertía en trincheras para abogar por su grey, y esparció un mensaje por el rescate de la moral en la sociedad venezolana.

CONOZCAMOS A ESTE IMPORTANTE RELIGIOSO ZULIANO

El 13 de agosto de 1911, Los Puertos de Altagracia, hoy, municipio Miranda, Zulia, fue testigo del nacimiento de un gran orador, periodista, escritor y sacerdote de notables virtudes y de gran capacidad para gobernar una grey católica. Hablamos de monseñor Mariano Parra León, quien se ordenó de presbítero a los 23 años de edad, bajo los oficios del obispo de Maracaibo monseñor Marcos Sergio Godoy.

Monseñor Parra León ofició su primera misa el 24 de septiembre de 1934, fue párroco de su pueblo natal, así como de la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá y de la Iglesia Santa Bárbara de Maracaibo. También supo desempeñarse perfectamente en el campo periodístico, educativo, parlamentario y socio-político, sobresaliendo por su espíritu crítico ante las desviaciones de la conducta social de algunos sectores públicos y privados, los cuales siempre condenó con las armas de la razón y la sátira a través de los medios de comunicación social y por su dominio de la oratoria.

Parra León también fue director del periódico La Columna, presidente de la Asamblea Legislativa del Estado Zulia, profesor de la Escuela Rafael María Baralt, de los Colegios Chiquinquirá y Gonzaga; vicario general de la Arquidiócesis de Maracaibo y obispo de Cumaná, donde pasó veinte años de lucha y vida, hasta cumplir la edad reglamentaria.

Poco tiempo después regresa a su tierra natal, donde muere en un trágico accidente.


Por: Agustín Arteaga


APOSTADORES MARACUCHOS


Dos apostadores enfermizos están mirando a la vieja del frente que tiene las piernas abiertas y dicen: - La pantaleta de la señora es negra; el otro apostador brinca y dice: - NO! es marrón... Mandan a un carajito a verificar de qué color es la pantaleta y al regresar les dice: - Se pelaron los dos, ni es negra ni es marrón… son moscas.