LOS REYES DE LA EXAGERACIÓN ZULIANA

Emmanuel Fuenmayor / El Zuliano Rajao



En el Zulia si alguien menciona a Carlos Bernal y Manuel Prieto, quizás, nadie reconozca esos nombres, pero si se habla de "Roñoquero" y "Mamblea", todos los zulianos recordarán a estos "reyes" de la exageración zuliana. Ambos fueron, desde hace muchos años, los hombres más populares de Maracaibo; sus exagerados, extravagantes e inverosímiles cuentos, embustes y chistes han hecho reír a todos los zulianos.

Si algún maracucho te dice que eres un "Roñoquero" o "Mamblea", quiere decirte que inventas mucho. Los cuentos de "Roñoquero" y "Mamblea" son tan conocidos en la tierra del Catatumbo, que se repiten a menudo en toda reunión, velorio, bautizo, matrimonio o parranda.

Los dos hombres recorrían El Saladillo y la Nueva Venecia contando sus historias infladas de mentiras. Vivían en constante competencia por apabullarse con invenciones descabelladas. Quizás hoy no generen risa, pero en una época fueron tan famosos que sus cuentos llegaron, por tradición oral, hasta la costa colombiana.

– "Mirá 'Mamblea', vos sabéis que una vez yo estaba por Santa Bárbara, y conseguí una mata que daba unos plátanos que medían cuatro metros cada uno", soltaba Roñoquero.

– "Chico, yo lo que estoy es cansado, porque estaba haciendo un sartén de 20 metros", respondía Mamblea serio.

– "¿De 20 metros? ¡Qué molleja e' sartén! ¿Y eso es pa' qué, muchacho?"

– "Pa' hacer las fritas de los plátanos esos que vos viste en Santa Bárbara".

"Roñoquero" y "Mamblea" fueron unos grandes inventores de cuentos exagerados, tenían gran habilidad para tener esas salidas, cosas que no eran ensayadas sino que se creaban según la cotidianidad. Los hombres eran muy sanos, personajes de El Saladillo de otrora, que brillaron por una habilidad especial: Exagerar sin usar ninguna grosería y sin ofender a nadie.

APOSTADORES MARACUCHOS


Dos apostadores enfermizos están mirando a la vieja del frente que tiene las piernas abiertas y dicen: - La pantaleta de la señora es negra; el otro apostador brinca y dice: - NO! es marrón... Mandan a un carajito a verificar de qué color es la pantaleta y al regresar les dice: - Se pelaron los dos, ni es negra ni es marrón… son moscas.