LA HISTORIA DE SAN BENITO DE PALERMO




Benito Manasseri Darcari, conocido como San Benito de Palermo, San Benito el Africano, El Moro, El Negro y San Benito de San Filadelfio, fallece el 4 de abril de 1589, en la población de Palermo, Italia.

Sus padres, Cristóbal Manasseri y Diana Darcari, fueron unos cristianos descendientes de esclavos africanos que influyeron en su orientación religiosa. Algunos autores resaltan que Benito recibió la libertad de sus amos tras su nacimiento, y en sus primeros años se ganó la vida como pastor, cuidando el rebaño de su patrón y ganándose para ese momento el remoquete de "Santo Moro".

Luego de dos décadas de vida y arduo trabajo, conoció a un grupo de ermitaños que seguían la Regla de San Francisco de Asís, a los que se unió atraído por las ideas del Santo. En 1564 el grupo se disolvió y Benito ingresó al Convento de Santa María de Palermo. Su analfabetismo le relegó a la cocina del convento. Desde el fogón generaba una energía que irradiaba piedad y humildad, y hasta milagros se le atribuyeron, sobre todo curaciones, las cuales le dieron gran fama, lo que le llevó a ser elegido Prior en 1578, y posteriormente, Superior del convento.

Aunque se consagró como maestro de novicios, regresa de nuevo a la cocina del convento, desde donde prestaba un servicio muy gratificante para sus discípulos y seguidores, y que muchos de ellos la calificaban como comida milagrosa.

Benito fue beatificado por el papa Benedicto XIV en 1743, y canonizado el 24 de mayo de 1807 por Pío VII. También se dice que su cuerpo fue encontrado incorrupto cuando fue exhumado pocos años después. El Santo patrón de los afroamericanos es recordado por su paciencia y entendimiento cuando se enfrentaba a prejuicios raciales.

La devoción a San Benito está extendida a lo largo de América Latina, desde México hasta Argentina, en especial en Venezuela, potencialmente por los estados Zulia, Mérida y Trujillo, y sus fiestas son celebradas en fechas distintas, de acuerdo a las tradiciones locales.

El culto a San Benito de Palermo fue introducido en el siglo XVII por la Orden Franciscana, como medio de evangelización a los esclavos africanos que trabajaban en las plantaciones del Sur del Lago de Maracaibo; por ello, los investigadores fijan a Bobures como el epicentro que irradió su veneración hacia la Cuenca del Lago de Maracaibo y los estados andinos, incluso, ha llegado hasta los estados Lara y Yaracuy.

En la Costa Oriental y Sur del Lago de Maracaibo se celebra su día el 27 de diciembre, como también en Palmarito, Santa María, San José y San Antonio; el 1º de enero en Bobures, y el 6 del mismo mes en Gibraltar; lugares donde los Chimbángueles o Chimbangles retumban como su forma de expresión por excelencia.

En la subregión Perijá del estado Zulia, San Benito cuenta con una "suite" que consta de diez sones, cada uno de ellos con su danza particular, alternando los ritmos según se va desarrollando la fiesta. La gaita perijanera es el género musical tradicional más completo en el territorio venezolano y es dedicado al "Santo Negro Bailón".

Estos Chimbangles están formados por un grupo de ocho personas, aclamados como tamboreros, y los respaldan veinte devotos del Santo denominados Vasallos. La percusión que acompaña a San Benito se clasifica en tambor mayor, medio golpe, respondón, requinta y tambor segundo.

En 2015, en el sector Barrio Obrero, Cabimas, Zulia, William Delgado, obispo de la Diócesis de Cabimas, elevó a parroquia la que fuera iglesia de San José, con el título de parroquia de San Benito de Palermo. Aunque en Cabimas es donde se manifiesta la más multitudinaria de las fiestas al Santo Negro, en la mayoría de los pueblos del Zulia San Benito es venerado. En Maracaibo también tiene su templo donde se conserva una reliquia de la piel del Santo traída desde Palermo, Italia, en 1992.

"El Santo de los Pobres" tenía 63 años cuando falleció; fue hallado sin vida en el ‹romitorio›, que es la capilla de oración ubicada sobre el convento de los franciscanos, lugar sagrado que se encuentra cerca del casco histórico de Palermo.

¡En la fecha de la siembra del patrono de los afroamericanos, saludos a todos los Sanbeniteros!


Por: Agustín Arteaga


APOSTADORES MARACUCHOS


Dos apostadores enfermizos están mirando a la vieja del frente que tiene las piernas abiertas y dicen: - La pantaleta de la señora es negra; el otro apostador brinca y dice: - NO! es marrón... Mandan a un carajito a verificar de qué color es la pantaleta y al regresar les dice: - Se pelaron los dos, ni es negra ni es marrón… son moscas.