HISTORIA DE LA BARRA DEL LAGO DE MARACAIBO




La historia de la provincia de Maracaibo está llena de acontecimientos novelescos que han inspirados a los escritores en su afán de entretener a sus lectores. La fascinante historia de nuestra región está llena de acontecimientos, anécdotas y mitos que en verdad enriquecen el imaginario colectivo para adentrarse en lo más profundo de la zulianidad.

El 6 de julio de 1676, una Real Cédula de la Corona Española, ordena a los gobernantes de las provincias de Mérida y Maracaibo a que se pongan en contacto y acuerden lo más pronto posible la fortificación del lago de Maracaibo. Tal era el asedio de los piratas y la impotencia de los gobernantes, que se hacía necesario fortificar la entrada al lago, específicamente en la Barra de Maracaibo, frente a las islas Zapara, San Carlos y Toas.

El saqueo, el robo, la muerte y hasta la violación de nuestras mujeres por parte de piratas y corsarios, eran la inmensa preocupación que invadía las mentes de más de 10 mil almas que residían las costas alrededor del estuario marabino. La exportación de café, cacao, cueros, semillas, entre otros productos, hacía de la provincia de Maracaibo y su famoso Puerto, un lugar apetecible para los delincuentes que navegaban los mares del mal en la época colonial.

Estas incursiones piratas obligaron a las autoridades españolas a fortificar La Barra del Lago de Maracaibo, para ejercer control y vigilancia de las naves que ingresaban al lago de Coquivacoa o Coquimbacoa.


Por: Agustín Arteaga


APOSTADORES MARACUCHOS


Dos apostadores enfermizos están mirando a la vieja del frente que tiene las piernas abiertas y dicen: - La pantaleta de la señora es negra; el otro apostador brinca y dice: - NO! es marrón... Mandan a un carajito a verificar de qué color es la pantaleta y al regresar les dice: - Se pelaron los dos, ni es negra ni es marrón… son moscas.