GUILLERMO BARRERA, LOCUTOR Y ANIMADOR




El 21 de diciembre de 2006, el espectro radioeléctrico zuliano se torna oscuro por el apagamiento de una luz que siempre brilló en los hogares zulianos. Se nos fue el locutor y animador más carismático del Zulia de todos los tiempos, don Guillermo Barrera, un gran profesional de la radio; sencillo, cariñoso y muy parrandero, quien compartía sus éxitos con una legión de seguidores que lo acompañaba a cuanta fiesta que fuera invitado, disfrutando tanto como el propio invitado especial.

Nos place presentar el perfil de uno de los personajes más populares del Zulia, un locutor que utilizó la magia de la radio para hacer felices a sus oyentes, un filosofía que mantuvo delante y detrás de los micrófonos; un ser humano auténtico que impuso un estilo profesional en un medio de comunicación, donde fue muy criticado, pero muy exitoso, admirado y ratificado en los distintos lugares donde se apersonaba.

Conozcamos a Guillermo Barrera, "El Animador del Zulia".

Hijo predilecto de El Empedrao, parroquia Santa Lucía de Maracaibo, Zulia; Guillermo Tesalio Barrera Reyes, nace el 6 de abril de 1934. Sus padres, Jesús Ángel Barrera Huerta y Carmen Aurora Reyes, le dieron la dicha de criarse entre dieciocho hermanos, más dos vecinos muy cercanos a quienes admiraba y apreciaba, Luis Aparicio Montiel y Felipe Pirela.

Se desempeña como vendedor de la Sears Roebuck de Venezuela, una tienda por departamentos originaria de Chicago, EE.UU., que luego se llamó Maxi's, y terminó siendo un supermercado, ubicado en el sector El Paraíso de Maracaibo. Allí es donde comienza la relación de este personaje con la gente, y con un lenguaje jovial que rayaba lo chistoso, impulsa las ventas y es contratado por una compañía cervecera como promotor. En esos menesteres es donde conoce a la que sería la mujer de su vida, Raiza Vargas, una esposa a todo dar, en las malas y en las buenas, y siempre pendiente de su bohemio esposo.

Esta relación se consolida gracias a Marcos González Landa, directivo de la Cervecería Zulia, quien los invita a participar en un concurso de la época llamado Los Novios Pepsi, transmitido por Radio Caracas Televisión y animado por el locutor caraqueño Víctor Saume. Por sus dotes de atleta y habilidad natural, logra la cima de El Palo Encebao, un juego que consistía en ascender por un poste cubierto de grasa. Como premiación, Los Novios Pepsi tenían cubiertos todos los gastos de la boda, para que luego nuestro personaje expresara con mucha picardía: "Para la boda sólo puse una cosa".

En la calle Comercio de Maracaibo fueron sus inicios como locutor profesional en la recordada emisora Ondas del Lago 1.120 AM, apadrinado y acompañado por sus colegas Alonso Díaz y Oscar García, quienes lo orientaron inicialmente en el formato hora-disco. Dada su destreza ante los micrófonos, inmediatamente le ceden un espacio llamado Bailables desde Teleradiópolis, los sábados en horas de la tarde, e inmediatamente le asignan el horario estelar de 8 a 10 de la mañana.

Su suerte cambia cuando solicitan los servicios del actor y locutor zuliano Oscar García en Venevisión, este último le consulta a Alonso Díaz quien podría sustituirle en su tan escuchado programa Las Estrellas Complacen. Díaz, creador del programa, le respondió que sería Guillermo Barrera, sin embargo, en conversación sostenida con su colega Alejandro Fuenmayor a finales de 1998 frente a los estudios de la emisora CNB 740 AM, última emisora donde laboró como locutor profesional, manifestó, que fue la esposa del propietario de Ondas Lago 1.120 AM, Nicolás Vale Quintero, quien le sugirió contratar a este coloso de la animación en el mencionado programa. Eso fue en 1959, donde implementó una estrategia de cantar encima de las grabaciones del cantante de moda de la época, Javier Solís, motivo por el cual siempre usaba en sus doblajes el gripo guerrero: ¡Qué vaaa! Finalmente, a quien le harían una prueba por una semana, duró once años alegrando a los oyentes con sus excentricidades.

A comienzos de los años 60's animó el Festival de Gaitas Pampero, un concurso que se convirtió en un gran espaldarazo para la reina del folclor venezolano. Barrera se comprometió con la gaita tradicional y se negó a transmitir las producciones de grupos innovadores, además, bautizó a la agrupación Rincón Morales como "Los Big Leaguers de la Gaita".

En 1969, Luis Rodolfo Machado, gerente del Banco de Fomento Regional Zulia, lo invita a conformar el naciente Circuito de las Águilas del Zulia. Estaría conformado por: Edgardo Fuenmayor, Arturo Celestino Álvarez, Joe Escobar y Guillermo Barrera como locutor comercial. Barrera no se presenta ese día e invitan a Oscar García quien estaba en ese momento en el estadio, cargo que ocupó por más de veinte años.

Nunca cambió la radio por la televisión, sin embargo, hizo varias apariciones en Ondas del Lago Televisión, Canal 13 de Maracaibo. Dado el éxito de Oscar García en Caracas, las televisoras buscaban otro zuliano para competir, pero Barrera nunca quiso aceptar, jamás cambiaría su forma de vida tan alegre y bohemia, por un contrato en la capital de la República. Cuando le tocaba grabar el comercial de Cerveza Zulia en Radio Caracas Televisión, exigía el boleto de retorno para las seis de la tarde. Nunca tuvo que repetir una cuña, en la primera toma quedaba listo el comercial, con dicción perfecta y manejo absoluto de las cámaras, dejando muy bien parados a los locutores zulianos.

Sus dos programas más exitosos fueron: Las Estrellas Complacen y Barrera y sus Estrellas, donde oíamos frases y expresiones populares que divertían a la audiencia:

Para comenzar el programa: "la sintonía es en toda Maracaibo, todo el Zulia, toda Venezuela y en toda la bolita del Mundo".

Para dar la hora: "van pa' las diez"; "las once y pico"; "las ocho en punto"; "van pa' las doce".

Para apoyar el talento zuliano: "el Zulia siempre primero". Fue un gran promotor de la música típica y bailable zuliana.

Para anunciar el trágico número 13 y evitar una respuesta indecorosa: "ya saben... hoy es doce más uno".

Para referirse a sus amigos que escuchaban el programa: "Ese es amigo mío".

Para prevenir a su séquito que lo acompañaba todos los días a las parrandas: "Hoy… agua loca".

Cantaba encima de las canciones originales y al final retaba al cantante: "así es como se canta".

Para cobrarle al aire a sus clientes morosos: "Pedrito, pasá por la emisora a buscar el vuelto que te quedó"

Para despedirse: "pa'viaje"; "recojan los vídrios"; "nos vamos, nos vimos, nos vemos"; "el que está conmigo está en la buena, y el que no, pasa mal tiempo, pa' viaje".

Los apodos originales que les asignó a sus amigos, y de esa manera se refería a ellos por la radio:

A su operador Luis Guillermo González: "El Cabezón" y "La Primera Cabeza Nacional". González le respondía desde los controles con improperios y él le respondía: "Mamá está bien gracias".

A Luis Aparicio, uno de sus mejores amigos: "El Soldadito".
A Willy Quintero: "Bagre Blanco".
A Tony Figueroa: "Pavo Viejo".
A Ricardo Ferrer: "El Terror de los Lavamanos".
A Trino Boscán: "El Cañadiense".
A Pedro Velasco: "El Pajuro".
A Gilberto García: "Mesa Floja".

Cuando recae su estado de salud, fue hospitalizado en la Clínica Falcón, y nuestro director Agustín Arteaga decide visitarlo, dada la admiración y respeto que sentía por esa gloria de la radiodifusión del Zulia. Arteaga le pide que baje la guardia y atienda su salud, quería decirle que ya no más fiestas y licor. Barrera le respondió con mucha sinceridad: "Mijo! Yo sé que me lo decís con mucho cariño, pero esta es la vida que yo escogí y he sido muy feliz, moriré con las botas puestas".

Esas fueron las palabras de una persona que nació con un don de hacer feliz a los demás. Utilizó la radio para ese fin y los beneficios sociales que le brindaba esa popularidad los compartió con un grupo de personas que siempre lo acompañaban en sus festividades e invitaciones de todo índole. Ese fue Guillermo Barrera, "El Animador del Zulia".


APOSTADORES MARACUCHOS


Dos apostadores enfermizos están mirando a la vieja del frente que tiene las piernas abiertas y dicen: - La pantaleta de la señora es negra; el otro apostador brinca y dice: - NO! es marrón... Mandan a un carajito a verificar de qué color es la pantaleta y al regresar les dice: - Se pelaron los dos, ni es negra ni es marrón… son moscas.