EL MÚSICO ALBERTO VILLASMIL ROMAY




Con una marcha fúnebre, el pueblo zuliano despide a un gran maestro de la música universal y docente de gran estatura del pentagrama zuliano.

El 2 de diciembre de 1991, se escenifica el último acto del consagrado hombre de la música Alberto Villasmil Romay, formador de grandes hombres y mujeres de nuestro Conservatorio.

Conozcamos a este importante músico zuliano:

El 23 de octubre de 1925, nace en Maracaibo, Zulia, el músico, compositor, docente, arreglista y director de orquesta de reconocida trayectoria y acreedor de más de cincuenta condecoraciones tanto regional como nacional, Alberto Villasmil Romay, flamante director de la Banda Municipal Rafael Urdaneta y la Banda de Conciertos Simón Bolívar.

Ocupó el cargo de subdirector y director del Conservatorio de Música José Luis Paz, adscrito a la Secretaría de Cultura de la Gobernación del Estado Zulia, además, fue director de la Orquesta Típica Juvenil del Zulia. Ganó un Concurso de la Lotería del Zulia en 1948 con el valse Olga, luego se impuso en el de la emisora Ondas del Lago 1.120 AM con la contradanza La princesa, en 1952.

Otras obras del maestro Villasmil Romay fueron: Puente sobre el lago; El Saladillo, Sublime amor y Te quiero (valses); Yajaira, La cuatricentenaria, Contradanza épica y La calle de la tradición (contradanzas); Linda perijanera (danza), Virgen de Chiquinquirá (gaita), Cantemos, cantemos y El Santo Sudario (villancicos).

El profesor Villasmil Romay nos ofrendó con marchas e himnos que enriquecieron el pentagrama musical zuliano, como: Himno de San Sebastián e Himno de las Relaciones Humanas; Marcha municipal, Marcha fúnebre "fiat voluntas tua" y Marcha fúnebre "quo vadis domine"; también nos deleitó con obras religiosas como Ave María y Misa zuliana, reponso.

Con mucho orgullo zuliano recordamos a este genio de la música regional con repercusión nacional, Alberto Villasmil Romay.


Por: Agustín Arteaga


APOSTADORES MARACUCHOS


Dos apostadores enfermizos están mirando a la vieja del frente que tiene las piernas abiertas y dicen: - La pantaleta de la señora es negra; el otro apostador brinca y dice: - NO! es marrón... Mandan a un carajito a verificar de qué color es la pantaleta y al regresar les dice: - Se pelaron los dos, ni es negra ni es marrón… son moscas.