EL BEATO DR. JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ




1919, muere arrollado por uno de los pocos automóviles que circulaban en Caracas, Venezuela, el doctor José Gregorio Hernández, "El Siervo de Dios", al momento que intenta cruzar una calle del sector La Pastora.

Era un día domingo cuando el doctor Hernández sale de su vivienda, aproximadamente a las 2:00 de la tarde, y se dirige a la casa de una señora que estaba enferma; la consulta e inmediatamente le receta unos medicamentos, pero ella le dice que era muy pobre y no tenía para comprarlos; él mismo se dirigió a la popular Farmacia Amadores para comprar los medicamentos, y al salir de la farmacia ocurrió el trágico accidente automovilístico.

Fernando Bustamante al frente de su automóvil impactó la humanidad del Dr. Hernández. Al conocerse la lamentable noticia, en toda Caracas corrió un río de lágrimas, pero la familia del fallecido no presentó cargos contra el chofer, y el 21 de noviembre de 1919, el juez dictó sentencia absolviendo a Bustamante por muerte accidental.

En 1986 fue nombrado "Venerable" por el papa Juan Pablo II, el 19 de junio de 2020 fue aprobada su beatificación por parte del papa Francisco, cuya ceremonia fue escenificada en Caracas el 30 de abril del siguiente año.

En nuestro país han ocurrido miles de milagros provenientes de la espiritualidad de "El Siervo de Dios", pero en El Vaticano nunca dieron importancia a tantos milagros, ya que los representantes de la Iglesia venezolana asociaban la imagen del Dr. Hernández con los ritos espiritistas ofrendados a María Lionza. Pero el colectivo nacional está claro y piensa lo contrario, ya que miles de venezolanos han sido testigos de estas intermediaciones espirituales por parte de "El Médico de los Pobres".


Por: Agustín Arteaga

APOSTADORES MARACUCHOS


Dos apostadores enfermizos están mirando a la vieja del frente que tiene las piernas abiertas y dicen: - La pantaleta de la señora es negra; el otro apostador brinca y dice: - NO! es marrón... Mandan a un carajito a verificar de qué color es la pantaleta y al regresar les dice: - Se pelaron los dos, ni es negra ni es marrón… son moscas.