AMÍLCAR BOSCÁN, CANTAUTOR ZULIANO




1960, nace en su querida Maracaibo, Zulia, el músico, compositor e intérprete Amílcar Jesús Boscán Parra, un estudiante de Derecho que alternaba las aulas con las tarimas, en su oficio experimental de la música popular del Zulia. Ingresa en 1979 a una agrupación que era muy criticada para la época por la innovación y transformación del género musical tradicional denominado gaita de furro, que más tarde, haría lo mismo con el género tamborera, el cual surgió de los experimentos que logró concebir Nelson Martínez, "El Rey de la Tamborera".

Con Guaco alcanza una popularidad desbordante y se consagra como uno de los solteros más codiciados del Zulia, gracias a sus éxitos musicales: Movidita, Las Pulgas y Homenaje a Jesús Lozano(1980), Billetero (1981), Pastelero y Por eso me encanta Maracaibo (1982), Cepillao y Adios Miami (1983) y Un cigarrito y un café (1984).

En 1985 recibe ofertas del sello discográfico Sonorodven, empresa relacionada con el canal de televisión Venevisión, medio de comunicación muy influyente para la época. Al año siguiente, plasma sus primeros éxitos como solista e impone Apariencias, Amor de madrugada y Señorita de 15 años. Ese mismo año se recibe como abogado de la República en la Escuela de Derecho de la Universidad del Zulia; y dos años después, graba su segundo larga duración donde logramos recordar los títulos Mujer de piedra y Viernes por la noche.

A finales de la década de los años 80's, decide radicarse en los Estados Unidos con la finalidad de tener dominio del idioma inglés y abrir nuevas fronteras en su carrera musical. En esa estadía en el país del Norte, conoce al maestro Willie Colón, con quien logra establecer una relación profesional y de amistad, que más adelante, se plasmara en la interpretación del maestro Colón en sus canciones, y viceversa.

En 1993 logra su anhelada consagración como intérprete del género salsa al lado del maestro Willie Colón, quien lo acompaña en el clásico Los olores del amor, obra de su autoría que le abrió las puestas de la fama en varios países.

Esta breve reseña de "El Poeta de la Salsa Venezolana", como así lo conocimos en sus comienzos, la hacemos para resaltar los aportes de este polifacético artista que proyectó la música tradicional zuliana y la salsa hecha en nuestro país.


Por: Agustín Arteaga


APOSTADORES MARACUCHOS


Dos apostadores enfermizos están mirando a la vieja del frente que tiene las piernas abiertas y dicen: - La pantaleta de la señora es negra; el otro apostador brinca y dice: - NO! es marrón... Mandan a un carajito a verificar de qué color es la pantaleta y al regresar les dice: - Se pelaron los dos, ni es negra ni es marrón… son moscas.