APARICIO, ''EL GRANDE DE MARACAIBO''

El Zuliano Rajao



1912, nace en Maracaibo, Zulia, el pelotero Luis Guillermo Aparicio Ortega, padre de Luis Ernesto Aparicio Montiel, único venezolano exaltado al Hall de la Fama de Cooperstown.

Este beisbolista, conocido como "El Grande de Maracaibo", se inició en el deporte como delantero del equipo de fútbol Ayacucho, y más adelante, en béisbol, con Los Dragones, para más tarde fundar junto a su hermano Ernesto Aparicio, el equipo Los Muchachos, génesis de la afamada divisa Gavilanes, donde jugó durante más de tres décadas.

Tiempo después, juega con el Magallanes, Concordia, Valdés, Vargas, y en 1936, juega como campo corto del equipo dominicano Tigres del Licey, acompañado del también zuliano Jesús María "Manduco" Portillo y de Narciso "Chingo" Cañón Díaz, siendo los tres primeros jugadores venezolanos contratados por un equipo extranjero. Con el equipo Concordia recorrió el Caribe, desempeñándose como un excelente campo corto, demostrando sus habilidades contra los equipos Tigres del Licey y Leones del Escogido, de República Dominicana; Almendares, de Cuba; Puerto Rico Stars, Ponce, Lucky Strike y Guayana, de Puerto Rico. Dejó un promedio ofensivo de 255 de por vida, sólo contabilizando sus ocho años en el béisbol profesional.

El 18 de noviembre de 1953, durante el Campeonato Rotatorio y en una emotiva ceremonia pública, entregó el relevo a su hijo Luis Aparicio Montiel, quien se convirtió en el gran campo corto venezolano de las Grandes Ligas.

Después de su muerte, el Círculo de Periodistas Deportivos lo exaltó al Salón de la Fama del Deporte Venezolano. Su biografía fue incluida en el libro Los diez de la fama, y su nombre fue asignado al Estadio Universitario de Maracaibo, lugar donde fue erigida su estatua pedestre.


Por: Agustín Arteaga

APOSTADORES MARACUCHOS


Dos apostadores enfermizos están mirando a la vieja del frente que tiene las piernas abiertas y dicen: - La pantaleta de la señora es negra; el otro apostador brinca y dice: - NO! es marrón... Mandan a un carajito a verificar de qué color es la pantaleta y al regresar les dice: - Se pelaron los dos, ni es negra ni es marrón… son moscas.